domingo, 4 de agosto de 2013

Destellos veraniegos










  

Aquella luz hueca no conduce al averno
Sino a degollar alboradas
Desde el dique seco del idioma.

Al pie del cañón estoy,
Entre lo crudo y lo cocido,
Y me descolgué por lo viciado.

Cuando la hermosa Diana
Se enamoró del apuesto cazador,
Nunca pensé que acabaría sus días así.

Al pie del altar
El cisne negro dormita
Como la luna en la terraza.

No quiero riquezas,
Sólo te pido una brizna
De la hierba que ufano pisas.




 

No hay comentarios: