domingo, 9 de agosto de 2009

Instantáneas




Estaba cansado de estar solo
Llenando ceniceros de cenizas y almíbar en la cocina,
El almíbar de sonidos que imaginaba
Forjados en el pensamiento.
Luz que llegaba a sus oídos y podía tocarla,
Eran gotas que sonaban por los acantilados como el viento.
Llovía en esos momentos con más fuerza en las mejillas.
Y luego caía mansa deslizándose por los toboganes del aire,
Y llegaba a esta ventana abierta a la vida
Que se encendía esperando una respuesta
A los sinsabores que crujían desvencijados.
Observaba los dedos, las uñas, el vello
Pintados de jirafa, la figura disfrazada de ave del paraíso,
Envuelta en un velo transparente y a veces opaco,
Y no podía poseerla.
Respiraba hastiado de la distancia
Aunque de vez en cuando la sentía cercana,
En esta mesa, en el ruido del pasillo...
¿Adónde ir?
Y no acababa la espera.

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