lunes, 6 de enero de 2020

Pi o labrarse un porvenir





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   No sabía Eli cómo superar el contratiempo que de repente se le vino encima, al ir a despedir al novio a la estación de ferrocarril, tan cariñosos  como habían estado en el bar brindando por la marcha de Ignacio a París, y al salir el tren ni siquiera sacó el pañuelo para despedirse mirando para otro lado.
   -¿Tendrá allí a otra?-masculló entre dientes con furia.
   Se quedó de piedra Eli, hilvanando mil conjeturas, ya que era el paño de sus lágrimas en las tardes tristes, y tan pronto como pudo se enganchó a las redes sociales azuzada por lo sucedido buceando en las incoherencias de Ignacio, las obsesiones y sus últimos pasos, con la esperanza de hallar alguna información al respecto, no tanto secreta sino más bien de sentido común, llamando a las cosas por su nombre, pues hablando se entiende la gente –pensaba ella-, llamando al pan, pan, y al vino, vino sin más rodeos, convencida de que se coge antes a un mentiroso que a un cojo.
   Eli tenía muy claro los objetivos, quería escalar las cumbres de la astrofísica, pues ya de pequeña el firmamento y los planetas le entusiasmaban, y un viaje de estudios que realizó con su instituto a la NASA terminó por convencerla del todo, y para ello quería empezar por los cimientos aplicándose a tope en las distintas materias académicas que estudiaba, hasta que dio el salto a la Universidad.
   Ya en la Universidad se sentía pletórica y feliz, no conformándose con aprobar los cursos por los pelos, sino que se esforzaba al máximo e intentaba poner una pica en Flandes, investigando los enigmas del espacio en los campos más enrarecidos.
   Entre el maremágnum de conceptos, teorías y tesis que pululaban sobre el universo le llamó poderosamente la atención los innumerables cómputos que circulan desde tiempos inmemoriales a cerca de los valores de Pi (3´1416 ó 3´14159…) recopilados a través de los más variados púlpitos de arúspices y doctores del cosmos, y se propuso profundizar en los mundos de la matemática buscando otras salidas o artilugios científicos más novedosos e impactantes con idea de poner luz y orden en los cuarteles de invierno de la física cuántica.
   La teoría cuántica es harto difícil de interpretar, ya que es bastante abstracta por su pequeñez. Así por ejemplo, si pateamos un balón, conseguimos información empírica del funcionamiento del mundo a una escala humana, pero no podemos hacerlo con un quark, el fermión que forma la materia nuclear y unas partículas llamadas hadrones, o aventando un fotón, partícula responsable del fenómeno electromagnético.
   Eli, a través de sus créditos universitarios y másteres confiaba en que más pronto que tarde se saldría con la suya y se haría la luz en tales entramados científicos.
   Sin embargo los giros o turbulencias de los vuelos de Ignacio no se les daban tan bien.
  Pasó agotadoras jornadas abriendo puertas y ventanas de la nube y del GPS pegada a la estela que supuestamente había dejado, y después de estar investigando noche y día los bandazos de Ignacio, no pudo encontrar ningún rastro certero que le llevase a su paradero.
   En el tejer y destejer de los días brotan en las conductas humanas más enredos inexplicables o acaso subterfugios más complejos que en la vida de los astros, planetas o satélites.   
   El valor de Pi se extrae de la longitud de la circunferencia entre la longitud del diámetro. Y por ahora sabemos más de ochocientos mil decimales al respecto, sin embargo la impudicia humana es más atrevida e incierta sin lugar a dudas, y a buen seguro que le gana….
   Ella adquirió un pasaje para seguir los pasos de Ignacio con vistas a esclarecer en la medida de lo posible alguna pista…y cuál no sería la sorpresa cuando lee en un periódico italiano que un capo de la mafia siciliana lo había secuestrado, encontrando la policía el cadáver flotando en las turbias aguas de un lago. Allí terminó el misterio de su viaje.
   Al poco tiempo Eli pasó página, y paseaba por Londres con un apuesto mozalbete toda radiante y feliz con su lunarillo en la mejilla izquierda intacto, y encontrándose en trámites para unir sus vidas. 
   Con el tiempo Eli, tras unos duros exámenes en la Universidad de Oxford consigue la cátedra que tanto anhelaba, llegando a sentar cátedra con los valores de la mecánica cuántica y los potenciales valores de Pi, y diríase que su vida amorosa iba viento en popa cumpliéndose los sueños.