viernes, 2 de enero de 2009

La foto



Abrázala como se merece,No la despintes
Ni la retoques,
Nada de coloretes,
Así, al natural,
Como amante de la vida
Y punto. Puro corazón,
Hecho de caramelo.
Sangría milagrosa de Granada
Abierta de par en par;
Surcando la savia
El pecador canalillo,
Y discurriendo corriente abajo,
Por las faldas del castillo rojo;
Amasada con levadura de divino
Mestizaje, mudéjar, cristiano, árabe,
Judío, budista, hindú, taoísta, universal.
Que nadie pueda propalar
Que la foto es plagiada,
O manipulada, sino tal cual.
Y el lienzo de tu cosecha está colgado
En la pared principal
Del Siglo XXI;
Por la ventana se cuela
El encanto endiablado
De la alborada y los rayos
Ladradores del sol,
Que se estrellan verticales
Al mediodía en toda la cara;
Luego asoma en el desfile
La luna llena derritiéndose
Entre espuma y esperma
De olas blancas
Sobre la espalda marina del dibujo;
En el pecho una sinuosa playa
Con globos de colores
Rebosante de hechiceras sonrisas,
Y arriba el bosque despeinado,
Perdido en las copas
De los pinos, sin nido de pájaros,
Volando por las nubes,
Espiando por entre las ramas
Los secretos suspiros;
Los indómitos ojos se revuelcan
En la órbita cósmica, y se tiran
Sin paracaídas por peligrosos
Latidos heridos partiéndote por la mitad;
Una ardiente lava brota
Del volcán de la boca,
Invadiendo libidos, sinos, cielos,
Ganando terreno y aplomo en el trapecio
Cual pinito de oro, con turbadores
Parpadeos que trenzan danzas
del vientre a través de las ventanas;
Los efluvios del sexo se desinflan
Ante la actitud pulcra y ponderada de su pose,
Esbozada con el pincel de su pulso,
Enredándose en el negro pelo-
-Parloteo- contoneo jaranero y díscolo,
Que cincelan zanjas de guerra
En medio del ameno canal,
Con flechas de Cupido rociadas
Con arrobado fulgor...
Uy, qué hechizos, qué estremecimiento,
Profusión de candidez bullendo
En el tarro coloquial,
A pique de reventar el cuenco
Crepitante de miel, y de repente
Fulminar al personal,
Montando orgías
De fuegos artificiales - quizá
Virginales o báquicos,
(No soñarás o desearás, no hurtarás...) -;
Por la angosta vereda que,
En mitad del lóbrego diluvio,
El indigente viajero va.
Y entre dos luces se oía el leve
Son de un piano lejano...
"Todos los días paso por tu calle
A ver si te veo.
Me gustas mucho...
Carmen, Carmen, Carmen,
Voy a tener que emborracharme,
Porque si no nunca voy a hablarte"...
Y ella, al momento, cantando
Responde, yo soy Carmen.

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