sábado, 25 de julio de 2009

Perdone usted, señor





Perdone, señor, el descaro por dirigirme a usted sin conocernos, como si fuésemos compañeros de parranda, o de un célebre master en Bruselas. Sólo quería trasladar la inquietud que siento por Mateo, un pobrecito desnutrido, abandonado de la mano de Dios nada más nacer.
Ocurrió que fue arrojado al umbrío bosque y ha crecido allí como las setas o una escuálida lagartija a pleno sol; sin embargo parece que, pese a todo, la vida no le va mal. En ese entorno se recrea y vive acompañado de los pobladores del bosque, tranquilo, desahogado, libre.
Cuando no halla alimento en los árboles o en las flores del campo las aves penetran en su habitáculo y le suministran ricos manjares y abundantes vitaminas, fósforo, hierro, magnesio… o aquello que necesite en un momento determinado. Son muy imaginativos sus habitantes. Como botón de muestra valga la creación del club de atletismo que han montado en plena naturaleza totalmente gratuito para los residentes del bosque que deseen utilizarlo. Lo han levantado en ese peculiar hábitat con todas las de la ley, con un objetivo claro, preparar a conciencia a todos los miembros de la comunidad para la conquista de medallas en las próximas olimpíadas. Así de sencillo.
Disculpe las molestias por mi pertinaz insistencia señor, mas dado que usted es un egregio magnate, un gigante del mundo financiero no creo que sea una osadía dirigirme a usted con objeto de que patrocine los juegos a condición de que luzcan en la camiseta el logotipo de su emporio, y de ese modo fortalecerse mutuamente, usted en sus réditos y ellos en el ámbito deportivo, participando en las diversas pruebas del campeonato.
El palacio que usted regenta en el mar Negro podría ser el blanco de sus aspiraciones, un centro ideal para exhibirse, y de paso darle publicidad a los diferentes trofeos que guarda en la lujosa y atractiva vitrina. No es por cortesía ni por un mero cumplido, ahora que nadie nos oye le confirmo que el núcleo duro del bosque ha tomado muy en serio la determinación de llegar lejos en los juegos, ser campeones en la mayoría de las pruebas.
Por lo pronto la vasta comunidad del bosque ha acordado en su reunión en primera convocatoria celebrada en primavera ejercitarse a fondo en la práctica de la búsqueda de una causa justa en sus actuaciones y de una cívica convivencia, derrochando cortesía y cuantos tragos de ternura sean precisos, y de esa guisa llevar a cabo certámenes por valles, campiñas y bosques urbanos con la disputa por las distintas medallas allí donde se compita bebiendo tanques de alegría y viviendo a raudales la vida.

No hay comentarios: