lunes, 8 de diciembre de 2008

Se vende


Se vende casa atestada de muñecas, que a lo largo de su vida han pertenecido a distintas dueñas. Cada muñeca es una vida. Encierra una historia. Muestra las relaciones que mantenían en cada caso con cada dueña. Se puede leer en las manos, en el vestuario, y, a veces, en el rostro, que, como buen espejo, no te engaña. Las más antiguas emiten una vocecilla casi rota, al dar cuenta de los duros años que pasaron en la casa. Alguna refiere que su patrona se emperejilaba con suma elegancia, aunque guiada por caprichos infantiles.
Muchas tardes el ama, durante las visitas de amigos o familiares, iniciaba una conversación y zas, de pronto la desnudaba sin previo aviso, lo que convertía a la muñeca en una sinvergüenza, una mujer de la vida, destruyendo sus principios, al exponer a los presentes sus atributos.
Eso humillaba a las muñecas. No querían que las confundiesen con una pelandusca. Para exhibir las portentosas hazañas de que eran capaces, les metía los dedos en la boca o en los mismos ojos, provocándoles vómitos repentinos, y así quedar bien ante los invitados, demostrando que disponía del mejor club de muñecas del mundo. Semejantes desvaríos le llenaban de orgullo y encendían una aureola de insigne dama de un inconmensurable poder.
Las muñecas la consideraban una persona fea, perversa, ególatra. La megalomanía la domeñaba. Determinados días las vestía de menesterosas, calvas, patizambas vanagloriándose, y colgaba en el portal de la mansión reliquias y objetos de oro, ornados con orejas de muñeca, heredados de sus ancestros.

No hay comentarios: